Stepan Erzia, Mordovia Arena y el secreto de la mejor cerveza

Saransk y su coqueto Mordovia Arena (44.442 espectadores) van a recibir a la selección de Perú cuando juegue frente a Dinamarca en el marco del grupo C, a la de Colombia cuando haga lo propio contra Japón por el grupo H y a la de Panamá cuando le toque definir su posición final en el grupo G ante Túnez. Eugene nos ha venido a buscar temprano por la mañana al hóstel para conocerlo. Es la primera de nuestras escalas en esta ciudad cuya població estable no llega a los 350.000 habitantes.

Saransk se hizo popular mundialmente a partir de que Gerard Depardieu, célebre actor francés, anunció que se instalaba aquí y dejaba su país por culpa de François Hollande y su gobierno, cuya política económica le parecía abusiva. Ambos se enzarzaron en una guerra sin cuartel por el impuesto a los ricos que impuso el ahora expresidente en 2012, y el polifacético actor fijó su residencia, o mejor dicho, una de ellas, en esta ciudad. Vladímir Putin, presidente de Rusia, bendijo la llegada de Depardieu, le entregó el pasaporte ruso, y le extendió facilidades para que el exprotagonista de Cyrano, Camille Claudel, Ásterix y el Conde de Montecristo, entre tantas producciones, realizara inversiones en el país.


La campaña iniciada por Depardieu proyectó internacionalmente a Saransk, incluso por encima de otras ciudades que se habían postulado para ser sede del Mundial 2018, al punto de instalarla en las portadas de la prensa. A día de hoy hay quienes se preguntan cómo es que Saransk consiguió meterse entre las 11 sedes de la Copa del Mundo. La respuesta quizá haya que buscarla en este asunto, sumado a la atención política que ha conseguido la capital mordava y su hilo directo con el Kremlin de Moscú.

Eugene nos muestra el estadio, nos cuenta de lo avanzadas que están sus obras en el interior, del barrio y edificios de departementos que se han levantado a un costado frente al estadio, y que se van a comercializar después del Mundial.

Conocemos la factoría cervecera AB inBev, en donde se procesa la malta de mayor calidad del mercado, materia prima con la que se elaboran entre otras, la belga Stella Artois, la argentina Quilmes y la Bud, filial europea de la norteamericana Budweiser. Es sensacional seguir todo el proceso y embotellado de las bebidas. Nos obsequian varias botellas (¡¡Cómo las hacemos entrar en las maletas, pordió!!) y distintas jarras choperas. Y de aquí nos vamos a comer pescado y marisco autóctono en un restaurante en el que coincidimos con el grupo de periodistas y productores de ESPN que ha venido a filmar a la ciudad. Lindo reencuentro con el buen Martín Ainstein, con quien nos solíamos conversar bastante cuando yo residía en Barcelona y trabajaba para el Diario Mundo Deportivo y el Grupo Godó de Comunicación.

Después del almuerzo, muy frugal porque fue a salto de mata, ya que Eugene me pidió que brindara una entrevista al diario local (tanto en papel como online), nos vamos en busca de más sorpresas. Los periodistas mordavos están ávidos de conocer las impresiones de sus colegas del extranjero acerca de la ciudad, y no sólo te hacen una entrevista preguntándote de todo, hasta de la abuela de Messi, sino que te siguen por todas las partes de la ciudad por las que vas, para incluir las imágenes en el segmento de deportes del noticiero televisivo que lleva la cuenta regresiva rumbo a la Copa del Mundo. Después resulta hasta cómico que la gente te reconozca por la calle, cuando tu estadía en la ciudad resulta no mayor a 3 días.

La siguiente escala es el Museo Stepán Erzia, pintor y escultor mordavo también conocido como Stefan, quien tuvo un intenso período creativo en Argentina al residir 23 años en el país entre 1927 y 1950, decisión que tuvo que ver con el momento de convulsión política acá en Rusia, y con la invitación del presidente argentino en aquel momento, Marcelo Torcuato de Alvear. Erzia es uno de los mayores emblemas de la región y su museo exhibe cientos de obras de su autoría, muchas de las cuales también habitan otros importantes museos del mundo. A Erzia se lo ha comparado con el escultor francés Auguste Rodin. El punto es que sus creaciones en mármol y en quebracho son bellísimas. Se trata de un artesano formidable, que nunca atravesó períodos de inactividad hasta su muerte en 1956.